LOS ÚLTIMOS DIAS, DE HUASCAR

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LOS ÚLTIMOS DIAS, DE HUASCAR


Tras ser apresado, Huáscar fue conducido al Cuzco por Chalcuchimac y Quizquiz, donde se le obligó a presenciar la muerte de sus familiares, tanto directos como indirectos. 

Su madre Coya Rahua Ocllo le reprochó el estado en el que había quedado el imperio por su forma de gobernar. 

En prisión lo insultaban, le daban de comer desechos humanos y se burlaban de él todo el tiempo. 

Lo mataron cuando tenía cerca de 27 años, arrojándolo probablemente a un abismo, aunque también se cree que lo ahogaron en el río Andamarca, por orden de Atahualpa, mientras éste se hallaba preso de los españoles. 

Atahualpa, en su prisión de Cajamarca, recibió una vasija hecha con el cráneo de Atoc, hermano de Huascar, bañado en oro y provista de un caño entre los dientes.

Una vez consumada la victoria de Atahualpa, éste se fue hacia Cajamarca para ver a los "extraños hombres barbudos" de los que habían hablado sus mensajeros. 

Mientras tanto, Challcuchimac fue a sofocar rebeliones desatadas a lo largo de todo el imperio por parte de los huascaristas, especialmente entre los pueblos selváticos. 

En Cuzco, Quizquiz mató a todos los que tenían parentesco con Huáscar y por lo tanto pudiesen ser enemigos potenciales, incluyendo a los niños y las mujeres. 

Los soldados norteños de Quizquiz quemaron la momia de Túpac Yupanqui, pues él fue quien los había conquistado.

La toma de Cuzco por Quizquiz terminó con la muerte de muchas familias de la nobleza cusqueña y el incendio de los palacios de la panaca de Huáscar. 

Durante la guerra civil, las fuentes, como sucede muchas veces en lo que respecta a la historia precolombina, varían mucho sobre la cifras de muertos, que van de 60.000 a 1.100.000. Según cuentas las crónicas del Inca Garcilaso de la Vega solo en la batalla de Hatun Xauxa murieron 150.000 soldados de ambos bandos.

Los cañaris fueron uno de los pueblos más afectados, murieron 50 a 60 mil solamente en Tumipampa y la mayoría de sus hombres fueron masacrados en la guerra contra Atahualpa. Otros cálculos indican que de los cincuenta mil miembros originales de la tribu al llegar los españoles quedaban apenas 12.000 sobrevivientes, ello fue el motivo de su apoyo a los conquistadores españoles.

Otros datos de vital importancia al respecto:

Antonio Raimondi, refiriéndose a los españoles que cruzaron la zona al mando de Pizarro escribe: “…siguieron los expedicionarios a un pueblo que llamaban Andamarca y que se conoce actualmente con el nombre de Mollebamba

Este lugar, situado entre Mollepata y la hacienda Angasmarca, en el camino a Huamachuco, es de gran importancia en la historia antigua, por que allí es donde se cree que haya sido muerto el Inca Huascar”.

Con estas dos ultimas versiones, como con las de Prescott y Porras Barrenechea podemos asegurar que el escenario del fratricidio más trágico del Perú, se llevó a cabo en tierras liberteñas. Concluyo asegurando que Huáscar murió el lo que hoy es Mollebamba, distrito de la provincia de Santiago de Chuco.

Huáscar no receló nada hasta que le hicieron ver que había un acuerdo secreto (conspiración) para matarle y que los preparativos de Atahualpa no eran para someter a los huancavilcas, sino para atentar contra él y quitarle el trono. 

Ordenó entonces una purga en su corte para desenmascarar a los conspiradores. 

Mando matar a un hermano y un tío comprometidos, y trató con mucha dureza a los orejones que habían acudido a Quito para los ceremoniales fúnebres de Huayna Cápac. 

Algunos de éstos fueron sometidos a tortura para que revelaran los planes de Atahualpa. 

Emprendió luego algunas reformas religiosas que ocasionaron un gran descontento, como ordenar que se representase a Viracocha con la imagen del sol, suprimir las panacas y el culto a los Incas difuntos. 

Incluso se burló de las acllas o vírgenes del sol, permitiendo que unos bailarines las violaran durante una fiesta efectuada en Pomapampa. 

Fue un mal momento para reformas, pues su hermano Atahualpa se había proclamado Inca en Quito. 

La división del Imperio era ya una realidad, con dos capitales, Tomebamba y Cuzco, dos Incas, Huáscar y Atahualpa, y dos mundos; el de la tradición y el de las muevas conquistas.

Huáscar conminó (amenzó) a su hermano Atahualpa a presentarse en la Corte, pero este último se limitó a responder enviándole a Cuzco unos emisarios con regalos, lo que enfureció al Inca.

Huáscar mandó matar a varios de éstos y envió a los restantes de regreso con unos trajes femeninos para su hermano. 

Sobrevino luego la guerra civil

Huáscar contaba con todo el aparato bélico incaico, pero Atahualpa poseía un ejercito experimentado y mandado por unos generales veteranos, como eran 

    • Chacuchima, Quizquiz y Rumiñahui. 
Los cuzqueños atacaron Tomebamba, pero no pudieron apresar a Atahualpa. 

Las acciones siguieron continuamente, y Huáscar se puso al frente de sus tropas. 

El encuentro se realizo en Cotabamba, junto al río Apurimac. 

El primer día de la batalla fue favorable a las tropas de Huáscar, pero al siguiente el general Chalcuchima derrotó a sus oponentes, capturó a Huáscar y ocupó la capital. 

Atahualpa se encontraba entonces en Cajamarca y obró cruelmente, desoyendo los consejos de sus generales, pues mandó ejecutar todos los miembros de la familia a fines a Huáscar, mujeres, niños mayores e incluso muchachos de corta edad.

Se produjo entonces la invasión española. Francisco Pizarro decidió aprovechar la guerra civil existente en su propio beneficio y se dirigió contra Atahualpa, que era el hombre fuerte del Imperio, ya que su hermano estaba prisionero. 

Atahualpa esperó en Cajamarca a sus enemigos, tanto a los españoles como a su hermano Huáscar, que venía custodiado desde Cuzco. 

El 15 de noviembre de 1532 se produjo en Cajamarca la batalla de los españoles contra el ejército de Atahualpa. Vencieron los europeos y el Inca quedó preso. 

Fue entonces cuando, al parecer, mandó secretamente dar muerte a su hermano, para evitar que se uniera a los vencedores. Realmente el fin de Huáscar se encuentra envuelto en contradicciones. 

Algunas versiones aseguran que los españoles Hernando de Soto y Pedro del Barca, que se dirigían desde Cajamarca a Cuzco, se cruzaron con él y les ofreció por su libertad el cuádruple de lo que les había prometido Atahualpa por su vida, siendo asesinado posteriormente. 

Otras aseguran que Huáscar fue hecho prisionero de los españoles, que le hicieron objeto de malos tratos. 
Agustín de Zárate afirmó que cuando le mataron “le hicieron cuartos y tasajos; no se supo donde lo echaron, y que entre los indios se creía que se lo habían comido de rabia”. 

El Padre Acosta asegura que lo quemaron, y finalmente hay quienes afirman que su cadáver fue arrojado a las aguas del río Antamarca. Las versiones pizarristas aseguraron que Huáscar fue asesinado por orden de su hermano, lo que sirvió para formularle otro cargo mas en el proceso que se le hizo.

Bibliografía

ALCINA FRANCH, J. Los Incas. Madrid, Anaya, 1988.

BRUNDAGE, W. C. Empire of the Inca. University of Oklahoma, 1963.

KAUFFMANN DOIG, F. Arqueología Peruana. Lima, 1970.

LEVILLIER, R. Los Incas. Sevilla, 1956.

ROSTWOROWSKI, M. Historia del Tawantinsuyu. Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1988.

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